“Ríos de tinta” es un proyecto de Lengua y Literatura llevado a cabo por las profesoras Gabriela Rodríguez y Pamela Ruíz, destinado a los alumnos de 1° año A, B, C y D. Los propósitos son valorar las leyendas argentinas que representan posibles respuestas de un pueblo a preguntas fundamentales sobre su origen y destino, y, por otro lado, conocer el trasfondo sociocultural de una comunidad. El proyecto implica el estudio, investigación, selección y escritura de una leyenda de forma grupal, que culmina con una antología digital. A continuación, presentamos un adelanto de textos inéditos escritos por estudiantes de 1° año D.
La Yerba Mate
Autores: Joaquín Coello, Sofía Di Pietro, Lourdes Cadenas, Tobías Moyano; Rocío Diez y Jeannette Lang
Cuenta la leyenda que antes de la llegada de los españoles, los guaraníes, pueblo que habitaba a orillas del río Paraná, tenían tierras muy fértiles y los collas, ubicados al noroeste de Argentina, deseaban ocupar esos suelos. Ese fue el motivo principal por el que los collas los declararon enemigos y comenzaron con la exterminación de los guaraníes. La hija del cacique, quien representaba la continuidad de su pueblo, era la más buscada. Se dice que era hermosa, pero en ese momento poco les importaba esta cuestión a los collas. La persiguieron por días y meses, pero la muchacha era muy buena escondiéndose, por lo que no resultó un gran problema.
No obstante, la suerte no la acompañó siempre. Un día, la joven caminaba por la selva misionera y vio a sus perseguidores del otro lado del río. Comenzó a correr con todas sus fuerzas. Cuando llegó a un campo, no pudo más y suplicó a su dios que detenga a los collas. Su pedido fue escuchado y no sintió más sus piernas, no se podía sostener y se tiró al suelo. Después, no sintió los brazos, y su cuerpo se desvaneció.
Un rato más tarde, por ese lugar pasaron los collas y, sorprendentemente, no la vieron. La hija del cacique se había convertido en la planta de yerba mate, cubriendo plenamente el suelo que pisaban. La joven agradeció a su dios por salvarla de los hombres que la perseguían.
Hoy en día, la yerba mate nos acompaña en muchas reuniones. El mate nos invita y es la excusa para reencontrarnos con amigos.
Ilustración de los autores de la leyenda
El pejerrey
Autores: Julieta Renzi, Mía Soumoulou, Tomás Guini, Valentina Bonino, Victoria Bordolini y Joaquín Zárate.
Antes de que llegaran los españoles, a orillas del río Paraná, vivía un joven llamado Matungo de la tribu mocoretá. Él era el futuro cacique.
Un día, mientras cazaba se encontró con Nañay, la hija del cacique de la tribu enemiga los pilagas. Al momento en que se vieron se enamoraron mutuamente.
Ilustraciones seleccionadas por los alumnos
Ellos estuvieron juntos en secreto por varios meses, pero un día el hermano de Nañay, llamado Amarú, descubrió la relación y fue a contarlo a su padre. Al enterarse, el cacique se enojó tanto, que buscó a su hija y la encerró por traicionar a la tribu. Cuando Matungo supo lo que pasó con su novia, fue a atacar a la tribu pilanga.
Así, el río Paraná fue testigo del enfrentamiento y de la muerte de Matungo con una lanza enemiga. Al morir, el dios Tupá, como recompensa por su valentía, lo convirtió en un pez plateado de agua dulce. Desde ese día lo llamaron pejerrey o Matungo.