El 28 de septiembre se conmemora el Día del Director y ofrece una buena ocasión para recordar a quienes cumplieron un rol tan importante en la formación de estudiantes. Hugo Bergese, Vicedirector jubilado, se tomó su tiempo para conversar sobre cómo su historia es en parte la historia del IES.

Hugo Bergese pasó 38 años de su vida en el IES. Primero como alumno, egresado en 1955, y luego de recibirse de Bioquímico regresó a su escuela para convertirse en Profesor de Física y Química. Esa es una de las etapas que recuerda con más cariño, porque fue la que le permitió crear lazos con los alumnos. En la memoria de los estudiantes y en la suya, siempre ocupará un lugar especial el trato que tenía con ellos: “Me basé mucho en el aspecto de la sociabilidad, en tratar de igual a igual a los alumnos, sin que por eso se perdiera el respeto”.
Los años de docencia también incluyeron su trabajo en gestión como Vicedirector, un cargo que le permitió vivir desde dentro el crecimiento del IES. Recorriendo algunas aulas del colegio, como hace cada año cuando asiste al acto por el Día del Maestro, Hugo recuerda cuando solo había unas pocas paredes en lo que hoy son muros de salas y espacios comunes. Donde solamente había una galería, hoy hay aulas acondicionadas para la comodidad de alumnos y profesores; donde antes había un terreno descubierto, hoy hay un patio con colores y árboles.
En el nacimiento de todo ese trabajo de construcción del IES anida un dato fundamental para su historia: la función social. Al pensar su relación con el colegio al que dedicó gran parte de su vida, Hugo no tiene más que palabras de agradecimiento: “Agradezco en principio por su obra social, ya que en Villa Carlos Paz no había escuela secundaria. En un comienzo había becados, lo que cumplía una función social muy importante y eso mamamos los primeros egresados”.
Por eso Hugo quiso volver al IES a ser profesor cuando era un flamante Bioquímico. Por eso regresa cada año a reencontrarse con sus colegas, con ex alumnos que también fueron colegas, y con el edificio que vio crecer: “Volver cada año es un compromiso moral. Me gusta pasar cada tanto por la escuela donde estuve 38 años de mi vida. Es un placer”.