El 13 de octubre se conmemoró el Día del Psicólogo en referencia al Primer Encuentro Nacional de Psicólogos y Estudiantes de Psicología. La celebración fue una excelente ocasión para acercamos al Gabinete de Orientación del IES, donde llevan a cabo su trabajo las Licenciadas en Psicología María Amelia Herrera y Patricia Migliaro. En esta ocasión hablaron de sus tareas en la escuela y del enfoque que tienen como profesionales de esta área en las problemáticas escolares. María Amelia y Patricia integran el equipo del Gabinete junto a Ana María Tallar y Adriana Mazzoccone, realizando un trabajo interdisciplinario para el abordaje de las problemáticas que surgen en el IES y para las tareas de capacitaciones y acompañamiento a docentes y alumnos.

Cada psicóloga ha tenido un recorrido diferente a la hora de ingresar al IES, pero coincidieron no sólo en su formación clínica, sino también en su ingreso: María Amelia y Patricia ingresaron juntas al Gabinete hace diecisiete años. María Amelia es, además, Profesora en Psicología, lo que le permitió desarrollar su vocación docente. Sus primeros trabajos fueron en la rama criminalística, un ámbito que le sirvió para desarrollar la creatividad como herramienta de abordaje y de respuesta, que luego trasladó al ámbito de las escuelas: “Pensé que la creatividad que usábamos en el juzgado para responder a situaciones con inmediatez no iba a ser la misma que acá porque iba a ser más tranquilo. Y la verdad, la diversidad de situaciones con las que trabajamos y la diversidad de herramientas que tenemos que poner en acción, no le hace mella en nada”. Patricia, por su parte, también tiene una fuerte formación en clínica, con especial dedicación a las problemáticas de la niñez y adolescencia. Uno de sus primeros trabajos consistió en la articulación entre un dispensario y la escuela, y a partir de allí, el resto de su recorrido siempre incluyó el trabajo con adolescentes dentro de instituciones educativas.
Esas experiencias hicieron que ambas profesionales pudieran desarrollar una mirada más amplia sobre los emergentes de una escuela, lo que marcaría una diferencia de enfoque respecto a las psicopedagogas del equipo. Las tareas que las cuatro enfrentan a diario son similares y la diferencia de su recorrido académico es casi imperceptible. De hecho, para Patricia “si un profesional de la psicopedagogía trabaja desde una mirada clínica, no hay tanta diferencia con la mirada que tenemos nosotras. Después hay otros psicopedagogos que trabajan bien desde lo pedagógico y ahí hay cosas que la psicología no tiene. Me parece que la diferencia depende más de la formación personal de cada uno y de su experiencia”. Respecto a ese punto, María Amelia recuerda que cuando se presentaron a la convocatoria para integrar el equipo, las tareas de las psicopedagogas y las psicólogas estaban bien distinguidas. Desde la gestión del IES de ese momento, se consideró que los cursos inferiores presentaban problemáticas del orden pedagógico, mientras que en los superiores los emergentes referían a instancias del proceso vital. Pero hoy en día, esa barrera ha quedado desdibujada: “La distinción entre cursos es solamente una cuestión operativa, y de hecho tenemos, a partir de este año, el Ciclo Orientado, 3° año, más todos los emergentes que surgen los días que no vienen las psicopedagogas, de modo que trabajamos con chicos de todos los cursos”, explica María Amelia.
Sin embargo, y debido a que enfocan su trabajo en el Ciclo Orientado, ellas están habituadas a un abanico determinado de emergentes: “La mayoría de las problemáticas que trabajamos son de orden vincular, de transgresión a la norma, muchas problemáticas personales que tienen que ver con la características emocionales de la edad”, explica Patricia, y enfatiza un aspecto clave de la franja etaria con la que trabajan: “En la adolescencia se desencadenan muchas veces procesos psicopatológicos importantes. A diferencia de otros años, este 2019 hemos trabajado mucho más con chicos con problemáticas emocionales”. En el caso particular de 6° año, María Amelia destaca algunos emergentes que atienden a la instancia decisiva que están viviendo: “Hemos tenido muchas crisis complicadas de abordar con la cuestión de finalización de una etapa, de enfrentarse a una pérdida y asumir responsabilidades”.
Pero muchas de estas problemáticas no responden a aspectos meramente académicos o individuales. Como telón de fondo de estos casos se encuentra el contexto social con el que la escuela guarda un vínculo directo, ya que impacta en la vida de los propios alumnos: “Hay casos en los que los chicos están muy solos, porque lógicamente los padres tienen que trabajar muchísimas horas y están fuera de la casa”, ilustra Patricia, y subraya: “Ese marco social actual también trae una serie de problemáticas que aparecen en las aulas”. En este sentido, ¿cuál es el papel que debe desempeñar un profesional del Gabinete de Orientación? Para ambas, el objetivo es desarrollar herramientas de acompañamiento desde la escuela. Según Patricia, “la escuela es responsable de velar por los chicos, ver si hay derechos vulnerados, tratar de ver cómo restituirlos y hacer un trabajo con la familia”.
En continuidad con esa injerencia en los desarrollos evolutivos de los adolescentes, María Amelia y Patricia sostienen desde el Gabinete proyectos claves en los procesos de elección. En concreto, actualmente están trabajando con el Proyecto de Orientación Vocacional para 5° y 6° año, y con el Proyecto de Elección de Orientación para 3° año. En simultáneo colaboran con el Proyecto de Ambientación para 4° año y con el acompañamiento y adaptación de los alumnos con Necesidad Educativas Derivadas de la Discapacidad (NEDD). Para el año que viene prevén llevar a cabo los talleres de Educación Sexual Integral destinado a padres, un espacio que actualmente se encuentra en la instancia de diseño y planificación.