“¿Supersticiones o realidad?” Reseña de un cuento de Silvina Ocampo

Con el objetivo de integrar contenidos en el marco del Nuevo Formato “Primero Las Damas” -coordinado por las profesoras Gabriela Rodríguez y Marcela Pepe- se les propuso a los estudiantes de 6° año que escribieran una reseña sobre cuentos de escritoras argentinas.
Los alumnos/as tuvieron como objetivo dar una visión crítica sobre los cuentos leídos, desde una postura de lector/a que brindara una opinión sostenida en razones, cuyos fundamentos surgieron del corpus teórico planteado en el proyecto. Dentro del abanico de lecturas propuestas se trabajaron cuentos del siglo XIX, con un abordaje que tuviera en cuenta desde qué construcción social se escribe. Es por ello que se recurrió a conceptos como: patriarcado, subalternidad, género, roles, estereotipos, canon y margen.
Así, las lecturas de dichos cuentos fueron delineando la subjetividad femenina y representando el rol social de la mujer durante el siglo XIX y XX, la cual se ve limitada en un ámbito de recepción predominantemente patriarcal que, en el mejor de los casos, no las tomó en serio.
Compartimos, en esta oportunidad, otra de las producciones.

.

Supersticiones o realidad

Autoras: Ingrid Tello, Macarena Sosa, Sofía Castelo, Micaela Barroso (6°A)

La escritura femenina del siglo xx trajo consigo una serie de cuentos que se contraponían a la realidad social de la época. Estos relatos marginales expandieron los límites de la literatura y le permitió a la mujer poder manifestar sus desigualdades frente a una sociedad que la dejaba de lado.
Entre las obras literarias de las escritoras argentinas más reconocidas de ese tiempo, “La casa de azúcar” es un cuento que resalta entre la multitud de aquel momento y del cual podemos analizar sus aspectos en una breve reseña.
La historia que nos presenta Silvina Ocampo en su obra de 1959 “La casa de azúcar” gira en torno a una pareja de enamorados, recientemente casados, que deciden sellar su compromiso yéndose a vivir juntos.
Cristina era una mujer supersticiosa cuyas decisiones y estilo de vida eran limitadas por el miedo personal que en ella provocaba las consecuencias de no respetar las supersticiones y caer en un embrujo. Su reciente esposo, quien no creía en esas “manías absurdas”, desatendió una importante condición de Cristina: que aquella casa que elijan no haya sido habitada por nadie, podrá sonar absurdo, pero pronto el descuido, tendrá consecuencias. Él encontró la casa ideal que parecía de azúcar por su blancura luminosa, pero tenía un defecto, ya había sido habitada, lo único que no tenía que pasar es que Cristina se enterara.
La tranquilidad perduró hasta una tarde que una señora tocó la puerta de la casa. Esta mujer confundía a Cristina con la anterior inquilina de la vivienda e inicia una charla muy extraña. Otra visita es la de un “hombre vestido de mujer” que, pensando que se trataba de la antigua inquilina, amenaza a Cristina de alejarse de un tal Daniel.
Desde que ocurrieron estas visitas inesperadas nada volvió a ser como antes. Cristina empezó a realizar cosas anormales, impropias de ella. Su esposo se empezó a preocupar por ella y a sentir una extraña sensación de celos, por lo que comenzó una investigación. Lo que descubrirá, le dará unión a la historia, y será lo que transforme sus celos en terror.
La historia menciona las consecuencias no sólo de vivir en una casa que anteriormente fue habitada, factor que le preocupaba a Cristina, sino también, los resultados que el camino del engaño conlleva, pues el esposo tendía a ocultarle el hecho de que antes la casa había tenido una inquilina. La vida de aquella enigmática mujer será lo que explique los cambios que la pareja sufre día a día, especialmente Cristina.
En la obra se pueden observar aspectos positivos y negativos. Como aspecto negativo, podemos mencionar el final, ya que este no provoca en el lector la sorpresa que uno tiende a esperar de un cuento o novela donde el conflicto gira en torno a un enigma, rodeado de misterio. Durante la narración del cuento se puede ir adivinando cómo va a ser su desenlace, el cierre es esperado, adivinado antes de ser revelado. No deja en la persona la sensación de haber descubierto algo, el misterio pierde efecto a medida que avanza la obra y el impacto débil del final hace que pase casi desapercibido.
Por otro lado, el título “La casa de azúcar” no es explícita durante todo el cuento ya que se nombra tan solo dos veces y no resulta muy relevante, pero ¿nosotros conformamos una casa, o la casa que habitamos nos termina construyendo e influyendo?, aspectos en los que Silvina Ocampo no ha sido muy clara.
Un detalle positivo a destacar es el recurso que utiliza, la metáfora “irme sin irme…” para explicar una parte de la historia muy importante, y sirve para entender que la anterior inquilina (Violeta) está “presente” en el cuerpo de la nueva inquilina (Cristina).
Otra cuestión a resaltar es que a pesar de la época, Ocampo, como escritora del siglo XX, ya tenía un pensamiento revolucionario, reflejándose en su narrativa. Un ejemplo de esto es que en el cuento la autora no les otorga a los juguetes un sexo predeterminado (como muñecas para mujeres y barriletes para varones). Esto puede observarse durante la conversación de Cristina y la primera visita. También, muestra su postura sobre los roles de género, como aquel hombre vestido de mujer. Estas cuestiones reflejan un posicionamiento cuestionador e innovador para su tiempo.
Se puede concluir que las supersticiones en las que cree Cristina pueden llegar a ser ciertas porque a ella le termina afectando que haya vivido alguien con anterioridad.
“La casa de azúcar” es un cuento perteneciente al género fantástico, narra acciones cotidianas, comunes y naturales; pero en un momento determinado aparece un hecho sorprendente e inexplicable desde el punto de vista de las leyes de la naturaleza. Así, la trama de la historia gira en torno a una pareja aparentemente normal y todo transcurre de manera habitual hasta que, a medida que se avanza en la lectura, la superstición le da un giro a la historia. Lo que pasa en aquella casa rompe con la normalidad de la realidad y la transforma, de modo que el lector empieza a buscar posibles respuestas a algo inexplicable desde la vida cotidiana.
El tema abordado en la historia es muy interesante y llama la atención del lector con facilidad. Da apertura a indagar en lo desconocido, lo imaginario, y nos hace cruzar una línea muy delgada entre lo posible y lo fantástico. El relato nos pregunta si lo que conocemos es realidad, superstición o ambas.
Estos tipos de temas como las “mentiras”, “celos” y “supersticiones” pueden ser algo normal o absurdo en nuestras vidas cotidianas, pero Ocampo a través de su pluma sorprende e instala la duda con sus posibles consecuencias; siendo así cuentos muy recomendados para futuros lectores y escritores.

image_pdfimage_print