“El sueño del hogar”, reseña de un cuento de la escritora argentina Liliana Heker

Con el objetivo de integrar contenidos en el marco del Nuevo Formato “Primero Las Damas”, se les propuso a los estudiantes de 6° año que escribieran una reseña sobre cuentos de escritoras argentinas. Para finalizar con el mencionado proyecto -coordinado por las profesoras Gabriela Rodríguez y Marcela Pepe- los alumnos/as tuvieron que dar una visión crítica sobre los cuentos leídos, cuyos fundamentos surgieron del corpus teórico planteado en el proyecto. Dentro del abanico de lecturas propuestas se trabajaron cuentos del siglo XIX, con un abordaje que tuviera en cuenta desde qué construcción social se escribe. Es por ello que se recurrió a conceptos como: patriarcado, subalternidad, género, roles, estereotipos, canon y margen.
Así, las lecturas de dichos cuentos fueron delineando la subjetividad femenina y representando el rol social de la mujer durante el siglo XIX y XX, limitada en un ámbito de recepción predominantemente patriarcal que, en el mejor de los casos, no las tomó en serio.
En esta oportunidad acercamos otra de las producciones.

Autores: Priscila Carnero, Lucila Montenegro, Martina Elías, Agustina Colombero, Alfonsina Nakayama, Matías Oger y Agustín Martino (6°A).

El cuento de Liliana Heker, “Cuando todo brille”, relata desde el género realista la vida de Margarita, una mujer casada, que se dedica puramente al orden y la limpieza de su hogar. Su vida, al parecer, pasa exclusivamente por mantener su casa lo más limpia posible y atender a su marido.
La narrativa de la escritora trabaja muy bien la verosimilitud, tanto en el relato de los acontecimientos como en la descripción minuciosa de las conductas y de los rasgos psicológicos de la protagonista. Heker logra que el lector/a reconozca y se reconozca en cada acción y sentimiento relatado. De esta forma, la descripción le da la mano al lector/a para que pueda transitar e imaginar las distintas situaciones que atraviesan los personajes.
Una de las características de la personalidad de Margarita es la exigencia, cuestión que también es trasladada a su esposo. Una convivencia desbordada de rutinas, redunda en una decisión que toma su marido y que afecta de forma contundente el comportamiento de su mujer, como cambios radicales y extremos que comienzan a manifestarse y a alterar su personalidad. No obstante, el relato deja vislumbrar un trasfondo infantil cargado de exigencias vividas y que hoy repercuten en el presente, reproduciendo mandatos de generación en generación. De esta forma, la historia cuenta una vida difícil que tiene como puntapié inicial las representaciones sociales sobre las mujeres que se han sostenido a lo largo del tiempo y que determinan un destino doméstico y anónimo. Además, como telón de fondo, quedan a la vista los roles tanto del hombre como de la mujer, roles que los conducen a la rutina e infelicidad. ¿Hasta cuándo sostendrán esta situación?
Este cuento representa el papel que cumplieron y siguen cumpliendo en algunos casos las mujeres, como bien lo señala Gabriela Mizraje:

Dentro del hogar tipificado en el marco de las idealizaciones consanguíneas y los minúsculos capitales distribuidos se construye el perfil de una noble protagonista, portadora del alivio espiritual y el apoyo material. De este trazado de un personaje agraciado y amable en su conjunto se recortan, a modo de representación y prueba retórica, las manos. Las manos maternas conforman un tópico; la belleza de la madre consiste o se fundamenta principalmente en el cuidado de sus hijos, su esposo, su casa y en el hecho de que cargue en consecuencia las marcas del trabajo en la piel…

Mizraje (2000)

Hay muchas Margaritas que asumen tener un rol secundario en la vida, dejando de lado sus necesidades más básicas, como la alimentación, por cumplir un mandato social que se les ha impuesto y el cual se ha internalizado en muchos casos sin objeción alguna. Esta cuestión lleva a reflexionar: ¿Cómo hubiera sido la vida de Margarita y de muchas otras mujeres si se hubieran podido liberar de los mandatos? ¿Qué sueños y metas propias dejaron de lado por “el sueño del hogar”?

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