El pasado 14 de noviembre, la alumna Mía Romero de 2°C participó de la instancia final presencial de la Olimpíada Argentina de Astronomía, que se llevó a cabo en la ciudad de Córdoba. Más allá de los resultados de la competencia, fue una gran instancia de aprendizaje que le permitió a la alumna conocer a jóvenes con sus mismas inquietudes y recorridos durante un evento que duró tres días.
Para participar de la Olimpíada, la alumna se preparó de forma autodidacta, buscando bibliografía por su cuenta a través de internet, que luego sistematiza en resúmenes y tomas de notas. Pero al momento de competir, gran parte del resultado depende de cómo maneje sus nervios. Por eso es que Mía destaca el rol fundamental que cumplió su familia en el aspecto emocional: “Mi familia fue la que me calmó, porque dos días antes de rendir estaba con los pelos de punta, súper nerviosa, no podía estudiar de los nervios”.
La instancia previa de la competición fue de manera virtual, de modo que esta instancia presencial fue completamente diferente. El primer día Mía asistió al Observatorio Astronómico de Córdoba, donde los responsables de la organización les explicaron a los concursantes la modalidad del examen. Además hubo una evaluación grupal al aire libre, que consistió en la observación del cielo para ubicar estrellas y otros cuerpos celestes.
El día de la competencia fue bastante intenso, ya que la prueba duró cuatro horas. Al finalizar, los participantes fueron llevados a la Estación Astrofísica de Bosque Alegre, donde pasaron toda una tarde conociendo las instalaciones y realizando observaciones a través del segundo telescopio más grande del país. En esa ocasión, los jóvenes provenientes de diferentes puntos del país compartieron historias y se divirtieron con las actividades propuestas por los organizadores. El último día se llevó a cabo la entrega de diplomas y certificados, y los participantes que se acompañaron en esta instancia tuvieron que despedirse.

Mía tiene intenciones de seguir participando de la competencia, ya que entiende que siempre hay posibilidades de seguir profundizando en sus conocimientos: “Siento que siempre hay algo que falta. Por más que estudies todos los libros del mundo, siempre hay algo que no tenés”. Gran parte de su interés se debe a una temprana motivación: “Desde chiquitita estoy interesada en el tema. Me acuerdo que mi papa me regaló el primer libro y desde ahí empecé a leer e investigar. Desde primer año quería participar, pero en ese momento la competencia no llegaba para Nivel Secundario. Ni bien llegó, me metí de cabeza”.