Día Internacional de la Madre Tierra: la importancia de ejercer una ciudadanía ambiental

Este 22 de abril se conmemora –como viene ocurriendo desde su surgimiento en 1970 en los Estados Unidos y mundialmente desde la ratificación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU)– un nuevo “Día Internacional de la Madre Tierra”, fecha en la cual se espera sensibilizar y concienciar a la población mundial respecto de las diferentes problemáticas ambientales que nos afectan; tales como las distintas formas de contaminación, la conservación de la biodiversidad y el calentamiento global. En ese sentido, muchos de los mensajes que circulan al respecto desde medios masivos de comunicación, campañas empresariales expresadas en sus publicidades, informaciones desde los diferentes niveles del Estado e incluso desde lo enseñado en las aulas escolares apuntan a modificar algunas prácticas individuales como una forma de reducir los impactos ambientales que provoca la humanidad en el planeta. 

De esta manera, es común ver en torno a esta conmemoración notas periodísticas que advierten sobre un próximo cataclismo ambiental, invitándonos a plantar un árbol; empresas multinacionales que promueven el reciclado de sus envases plásticos o que apaguemos la iluminación de nuestras casas durante una hora para ahorrar energía, estados que informan sobre su adhesión a protocolos internacionales para disminuir la emisión de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global y clases en las escuelas donde se enseñan buenos hábitos ambientales como cerrar el agua mientras cepillamos nuestros dientes o reutilizar algunos elementos en otros usos, disminuyendo así la cantidad de basura que  producimos.

Todo lo anterior –y otros ejemplos del mismo tenor– resultan desde ya algo necesario, pero claramente insuficiente. La dimensión del impacto humano en la Tierra y su alcance global en la actualidad implican que además de modificar las prácticas individuales ya referidas, podamos también ejercer una ciudadanía ambiental que nos permita comprender porque el sistema socio económico en que vivimos –el capitalismo global– no es compatible con la sustentabilidad de nuestro planeta. Para continuar con los ejemplos: plantemos un árbol, pero también sepamos como los agro-negocios y los sectores inmobiliarios desmontan miles de hectáreas de monte nativo; ayudemos a reciclar envases y apaguemos las luces innecesarias, pero nos informemos de cuantos millones de litros de aguas superficiales y subterráneas se inutilizan para siempre por acciones de empresas mineras multinacionales que extraen oro de nuestra cordillera mediante procesos que involucran el uso de cianuro; celebremos que nuestros gobernantes se preocupen por el calentamiento global, pero también exijamos que lo hagan por las altas tasas de desertificación de los suelos debido al monocultivo de soja y la contaminación con glifosato a causa de las fumigaciones descontroladas; y finalmente, enseñemos a hacer macetas con latas y hamacas con cubiertas de autos, pero también nos involucremos en una Educación Ambiental realista y situada.

Afortunadamente sobre este último punto tenemos en Argentina buenas noticias. En un contexto nacional donde en los últimos años asistimos a una ampliación de derechos –entre los cuales es destacable el que consagra la Ley 26.150 respecto brindar Educación Sexual Integral en todos los establecimientos educativos– se encuentra en tratamiento en el Congreso de la Nación y ya con media sanción por parte de la Cámara de Diputados, el proyecto de Ley de Educación Ambiental, el cual la entiende como un proceso permanente y fundada en una serie de principios, entre los cuales se destacan los siguientes:

  • Abordaje interpretativo y holístico. La educación ambiental debe ser pensada desde un enfoque que permita comprender la interdependencia de todos los elementos que conforman e interactúan en el ambiente, de modo de llegar a un pensamiento crítico y resolutivo en el manejo de temáticas y de problemáticas ambientales, el uso sostenible de los bienes y servicios ambientales, la prevención de la contaminación y la gestión integral de residuos.
  • Participación y formación ciudadana. Apuntar al desarrollo de procesos educativos integrales que orienten a la construcción de una perspectiva ambiental, en la cual los distintos conocimientos, saberes, valores y prácticas ambientales confluyan en una conciencia regional y local de las problemáticas, y permitan fomentar la participación ciudadana orientada a la acción y hacia un pensamiento global.
  • Problemática ambiental. Considerar el abordaje de las problemáticas ambientales, permitiendo integrar las interrelaciones de los factores económicos, políticos, culturales y sociales, además de las implicancias locales y globales que se presentan como causa o consecuencia, abordando el conflicto como una oportunidad de aprendizaje y construcción de nuevas lógicas en el hacer.
  • Pensamiento crítico e innovador. Promover la formación de personas capaces de interpretar la realidad a través de la innovación en sus enfoques, basados en la interdisciplinariedad y en la transdisciplinariedad y en la incorporación de nuevas técnicas, modelos y métodos que permitan cuestionar los modelos vigentes, generando alternativas posibles.

Nuestra escuela –tal como lo hace actualmente con la ESI– ya está preparada para garantizar a sus estudiantes el cumplimiento de este nuevo derecho, toda vez que el citado proyecto de ley sea aprobado y reglamentado. En efecto, desde el año 2017 el nuevo Proyecto Educativo Institucional del IES incluye dentro de sus ejes de articulación curricular –y en el marco de las nuevas culturas juveniles– a la Educación Ambiental, sobre la cual sostiene que “(…) su desafío actual es entender que existen causas ambientales que, consideradas en su complejidad, permitan elaborar explicaciones más rigurosas, realistas y que a su vez abran la posibilidad de comprender la profunda crisis ambiental que se presenta en el planeta. Crisis que afecta supuestos sociales, políticos, económicos, éticos, culturales, científicos y tecnológicos; y que da cuenta de una particular relación que tiene y ha tenido la sociedad con el Ambiente.” (Instituto de Enseñanza Secundaria del IESS, 2017, p. 25), perspectiva que se sostiene transversalmente desde las diversas cátedras involucradas en este imprescindible e insoslayable tema; pues, como dice Fedro Guillen:

La humanidad ha adquirido paulatinamente conciencia de que una época termina y por tanto se plantea dos opciones inequívocas: por un lado, continuar con modelos de desarrollo en los que los procesos económicos prevalecen y marcan las líneas de explotación de los recursos y los hábitos de consumo, o -en necesario contraste-, entender que si alguna dictadura debe existir en el próximo siglo es la ambiental, considerada como una dimensión que trasciende su contexto ecológico e integra ámbitos que tradicionalmente se han fragmentado, como lo político, lo social y lo económico. La crisis global y sus saldos de miseria y devastación debe ser entendida como una oportunidad para transitar hacia otro modelo de relación entre la humanidad y su ambiente.

(Guillen, F., 2006, p.1)

Lo ambiental ya es –y en el futuro lo será aún más– una de las grandes cuestiones de la sociedad global. Desde el IES creemos que quienes tendrán que tomar las decisiones que la definan, hoy se encuentran formándose en nuestras aulas. Por ello, en este próximo “Día Internacional de la Madre Tierra” las y los invitamos a reflexionar sobre esta problemática, no solo desde cambios en prácticas individuales que aporten a un menor impacto, sino también –y fundamentalmente– como la construcción de una nueva mirada ético-política sobre el ambiente y el futuro que queremos como humanidad.


Bibliografía:

Guillén, F., (2006) Educación, medio ambiente y desarrollo sostenible. Revista Iberoamericana de Educación. Recuperado el 8 de febrero de 2018 de http://www.rieoei.org/oeivirt/rie11a03.htm

Instituto de Enseñanza Secundaria del IESS (2017) Proyecto Educativo Institucional. Recuperado el 12 de abril de 2021 de https://iess-vcp.edu.ar/sites/default/files/sites/default/files/pictures/PEI2017PARAINSPECCION.pdf

Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible (2021) Ley de Educación Ambiental. Recuperado el 12 de abril de 2021 de https://www.argentina.gob.ar/ambiente/accion/ley/de/educacion/ambiental

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