Inaugurando la Gestión en medio de la tormenta

Asumir la Gestión de una Escuela, representa de por sí un desafío que supera todas las expectativas que los docentes nos hacemos a lo largo de nuestra trayectoria. El nuevo rol nos posiciona frente a rutinas y tareas que son poco conocidas, así como al juicio de quienes hasta el día de ayer eran nuestros iguales.

El rol Directivo requiere de una mirada sistémica de la organización escolar junto a la construcción de nuevas redes relacionales. Si bien es una tarea compleja, en un contexto absolutamente inesperado y que interpela todos los imaginarios más las construcciones teóricas que existen sobre la Escuela, su complejidad es aún mayor.

Director Martín Martínez

En Octubre de 2020, luego de los procesos institucionalmente establecidos, tomé la posta en la Dirección de la Escuela Nocturna del IESS. Diecisiete años atrás había participado, junto a la Directora saliente, la Lic. Liliana Rossi, del primer concurso de Cargo Directivo según el flamante Reglamento de Acceso a Cargos. En el transcurso cumplí suplencias en cargos similares y seguí formándome, tanto en Gestión Educativa como en Tecnología y Educación. Se puede decir que fui guiado casi por una premonición.

La “Nocturna”, como se la conoce en el ambiente institucional, nació en 1967 como una opción para adultos que trabajaban. Fue cambiando su oferta y el perfil del alumno a la par de las políticas educativas. Actualmente, se define desde su PEI como una “Escuela de Oportunidades”, con el alumno y sus trayectorias escolares diversas en el foco de la propuesta a cargo de un cuerpo docente empático y comprometido.

Había que tomar esos insumos y amalgamarlos para hacer frente a las condiciones inexploradas que planteaba la Pandemia. Tal vez, el elemento que más peso ha tenido en esta situación atípica ha sido el de sostener el mandato de “escuela de oportunidades” ante un contexto que potencia las desigualdades e impone continuar con el proceso educativo a lo que dé lugar.

A pesar de contar con una infraestructura digital[1] adecuada para afrontar la contingencia, la preparación de los docentes, desde el punto de vista técnico, era dispar y en algunos casos resistido. En tanto los alumnos sumaban a su autonomía en construcción hábitos poco formales para la utilización de las tecnologías digitales[2]. Ambos actores educativos comparten la problemática de los dispositivos adecuados y conectividad estable. Todo lo que se había construido en términos de infraestructura y propuestas pedagógicas se puso en tensión o quedó confinado a un edificio que permaneció cerrado en 2020 y se abrió parcialmente en 2021.

Ante ese panorama, en primer lugar se apostó a la priorización de los lazos entre los actores por sobre el desarrollo de versiones enciclopédicas del curriculum, todo en sintonía con las recomendaciones que llegaban de la Superioridad, sumado a la intención de sostener el contrato pedagógico. Con el comienzo del ciclo 2021 hubo que capitalizar las experiencias y reformular la escuela. Por suerte, el Proyecto que presenté al Concurso de Gestión más los años de experiencia en B-Learning sirvieron de referencia para plantear las estrategias desde lo organizacional.

Ahora entran en juego las cristalizaciones de prácticas pedagógicas profundamente ancladas en la presencialidad en un mundo que le dijo a la escuela que ya no es el mismo. Se ha iluminado la necesidad de estar más comunicados y de contar contar con un “aula virtual como acervo pedagógico del docente” (Maggio, 2021)[3].

En otras dimensiones se ha conseguido fortalecer el contrato pedagógico con las familias, se mejoró la matriculación y se está avanzado en la construcción de un oficio de alumno más acorde con la cultura contemporánea, alternando entre “mundos reales y mundos  virtuales” (Maggio, 2021).

Indudablemente, como organización escolar,“la Nocturna” como todas las demás ha sido impactada y de estos impactos se sale modificado o transformado. Más allá de las incertidumbres que me embargan y obligan a cuestionar de manera constante, confío en un trabajo colegiado con un cuerpo docente invalorable y un grupo de alumnos que ha demostrado a todas luces su voluntad de alcanzar sus sueños, en un ambiente respetuoso y colaborador.


[1] Las aulas virtuales existen desde el año 2011 en algunos espacios curriculares y además fue una decisión de la gestión de la Lic Rossi, ampliar sus alcances en el año 2019. llegando a realizarse un Taller en los días previos a la implementación del ASPO.

[2] La mayoría de los alumnos participan en redes sociales de manera habitual, mas no lo hacen en entornos de aprendizaje que requiere de otros contratos

[3] Maggio, M. (2021) Educación en Pandemia. Guía de supervivencia para docentes y familias. Paidós. CABA.

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