Los alumnos de 2° año D se convirtieron en escritores, gracias al taller “Dejando volar la imaginación”. A través de un trabajo grupal, los alumnos cumplieron con el objetivo de escribir cuentos maravillosos, en virtud de las pautas dadas por la Prof. Cecilia Tropiano. De esa manera, la asignatura “Lengua y Literatura” se convirtió en un espacio de aprendizaje y creatividad, que reforzó el trabajo colaborativo.
Acercamos, en esta oportunidad, un cuento escrito por las alumnas Clara Romero, Morena Nieto, Valentina Villalobos y Ámbar Zitarrosa.
Un pequeño gran lío

Hace mucho tiempo en una ciudad llamada Zolandia repleta de animales que actuaban como humanos, pasaron cosas inesperadas.
Un día, Juana, la jirafa inspectora de tránsito, salió a trabajar como todos los días. En el camino se encontró a Otto, el loro policía. Cuando regresó a su casa después de un día de trabajo, se preparó la cena, y se alistó para ir a dormir.
Ya lista para acostarse escuchó un ruido extraño en la puerta de la casa, abrió la puerta y no vio a nadie. Bajó su mirada y vio a un elefante bebé en una pequeña canasta. Al verlo no entendía la situación. Miró para todos lados y no vio a nadie. Decidió entrarlo para que no tomara frío. No sabía qué hacer, pero como ya era tarde, decidió acostarse, dejar al bebé al lado suyo en la canasta y pensarlo mañana.
Al día siguiente se levantó y el bebé ya no estaba, fue a la cocina y se encontró al bebé haciendo líos por todos lados. A partir de allí decidió nombrar al elefante Lío.
Cuando ya era hora de ir a su trabajo decidió, llevar a Lío con Otto, ya que no podía dejarlo solo. Juana le contó toda la situación a Otto y decidieron un plan para que nadie se entere de Lío. Ella se quedó tranquila porque Otto era su mejor amigo y el más confiable.
Juana, ya en su trabajo, empezó a ver a todos muy extraños, diciéndose secretos y mirándola raro. Ella no sabía que pasaba, ya que al único que le contó la situación de Lío fue a Otto, el Loro.
Cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando fue corriendo hacia donde había dejado a Lío, pero no los vio, se asustó mucho y pensó lo peor. Recibió una llamada de Otto muy desesperado contando que Lío desapareció y no lo encontraba. Juana, muy asustada, le preguntó dónde estaba y si alguien lo había visto a Lío. Otto le dijo que estaba bajo del puente y que solo había visto a Lola, la osa polar. Juana se alarmó, ya que todos sabían que ella no podía guardar ni un secreto. Cortaron la llamada y Juana salió corriendo hacia donde estaba Otto y ahí empezaron a buscar a Lío. No sabían si se había escapado o si alguien se lo había llevado.
Luego de varios días de buscar a Lío el elefante empezaron a poner folletos por toda la ciudad para poder encontrarlo. Una tarde, Otto estaba mirando las cámaras de seguridad y vio que una hiena estaba hablando con Lío.
Juana y Otto fueron a investigar al bosque. Ahí vieron una casa extraña, como estaba la puerta abierta decidieron entrar, no había nadie. Empezaron a ver cosas raras, animales enjaulados y eso los asustó mucho. Empezaron a buscar adentro de la casa y vieron una puerta, para abrirla necesitaban decir una frase. Probaron con todo, ninguna funcionaba hasta que vieron en la pared un mensaje escrito, pero el problema era que estaba escrito al revés. Nadie sabía cómo resolverlo, hasta que a Juana se le ocurrió poner un espejo frente a la frase así se leía bien, la frase decía “Puerta puerta hazte boquiabierta”. La puerta se abrió. Vieron a Lío encerrado en una jaula y a la hiena haciendo un hechizo porque era bruja.
No podían creer lo que estaban viendo. Otto llamó a sus refuerzos de policía, llegaron y la detuvieron. Mientras tanto liberaron a Lío. Llevaron a la hiena la comisaria de Otto y la encerraron en una celda.
Lío y Juana se fueron a su casa. Al llegar estaba la familia de Lío en la puerta esperando. Juana se tuvo que despedir de Lío. Ella estaba muy triste, pero a la vez feliz porque se reúne con su familia nuevamente.
FIN