En esta sección, cobran protagonismo aquellos egresados del IES que construyeron un camino profesional en un área que despertó su pasión y vocación. Algunas veces el talento y la dedicación los lleva al extranjero, otras veces no, pero sin dudas siempre los lleva muy lejos. En esta ocasión conocemos a Hernán Gispert, un exalumno que se dedica profesionalmente al rugby y que actualmente reside en Australia.


Hernán egresó en 2011 como Bachiller con Orientación en Ciencias Sociales. Su paso por el IES está sembrado de varios recuerdos que involucran a sus compañeros y a los docentes, y en los que se destacan las actividades que eran una excepción en el dictado de clases. A modo de ejemplo, Hernán menciona el viaje educativo de 5° año a Mendoza, y los Intercolegiales que se realizaron en el estadio Chateau Carreras (hoy “Estadio Mario Alberto Kempes”).
En cuanto al cuerpo docente, la lista de profesores que marcaron su formación está encabezada por su padre y docente de la casa Walter Gispert, y continúa por Natalia Uanini y Nicolás González, y con la preceptora Carla Marionsini. Sus compañeros fueron centrales a la hora de su educación formal pero también en su crecimiento como persona: “Tuve la suerte de que mis compañeros eran mis amigos, que hasta el día de hoy lo son, y con los que compartí también Jardín de Infantes y la Escuela Primaria de Aplicación”. Hernán es uno de aquellos estudiantes que desde muy chiquito tuvo al IESS como su segunda casa.
En paralelo a su formación, apareció su pasión por el rugby. Con apenas 10 años empezó a jugar en el Carlos Paz Rugby Club, y a los 15 años decidió ir a jugar al Tala Rugby Club de Córdoba, donde estuvo hasta el año 2016. Luego de esa etapa, volvió a su ciudad: “Volví a jugar en Carlos Paz, y en 2019 tuve el orgullo de ser Capitán del primer equipo del club”.
En 2020 sucede el gran cambio para Hernán, ya que es cuando comienza a jugar en el extranjero a partir de una visa Work & Holiday: “Decidí aventurarme y viajar a Dinamarca, sin pensar mucho en el rugby, la verdad, pero la vida me lo puso en frente de nuevo, y encontré un club a cinco cuadras de mi casa, así que no pude quedarme con las ganas. La pasión no se cambia, dicen”. La pandemia de COVID-19 interrumpió sus planes, y la temporada de ese año terminó siendo demasiado breve, de manera que se dedicó solamente a trabajar.
Su espíritu inquieto y enfocado en un solo objetivo lo llevó a presentarse en 2021 con la misma visa pero en Suecia. Ni bien llegó al nuevo destino, Hernán se dedicó a buscar trabajo y a acomodarse, hasta que una nueva oportunidad se interpuso en su camino: “El capitán del equipo de Dinamarca me escribe y me cuenta que un amigo de él era el entrenador, el head coach, de un equipo muy importante en Suecia, que le había contado sobre mí, y que si me interesaba jugar al rugby ese año”. Hernán aceptó inmediatamente y en el mismo acto empezó una hermosa relación con ese club, en la que pudo dar un gran salto en su crecimiento como deportista profesional: “El club me reclutó, me dio casa, me dio trabajo, me dio auto, y jugué toda la temporada en Suecia, donde salimos campeones en modalidad Seven, nivel nacional. Fue muy importante. Después de eso me invitaron a entrenar con la selección de Suecia, también una experiencia muy linda. No podía jugar por cuestiones obvias de nacionalidad, pero nos invitaron a varios de los Campus que hicieron y a los entrenamientos, que estuvo muy bueno”. El camino de Hernán por Europa continuó en Italia, donde tramitó su ciudadanía y encontró un club en el que solamente podía entrenar por su condición de extranjero.
Al poco tiempo, se contactó con un manager que le comentó de una oportunidad para jugar en Australia, y nuevamente aceptó de inmediato: “Sabía que tenía que sacar otra visa, pero el club ya me estaba esperando, así que acá estoy”, cuenta desde la ciudad australiana de Adelaida. Actualmente juega en la Primera División del Sur de Australia, en el club Onkaparinga.
Con tantos kilómetros recorridos, es inevitable que Hernán piense en los pro y en los contra de vivir en el extranjero. Los mayores desafíos son aquellos que implican estar lejos de la familia y de los amigos: “El idioma puede ser un gran desafío, sobre todo para mí, que nunca estudié inglés, además del de la escuela, justo no me iba muy bien en inglés”, agrega. Sin embargo, Hernán no deja de destacar que enfrentarse a lo desconocido siendo extranjero tiene grandes ventajas en cuanto al crecimiento personal: “Una vez que estás afuera, te animás a hacer otras cosas, a trabajar de lo que sea, a sobrevivir, por así decirlo. De a poquito todo de va dejando de asustar”.
Los planes de Hernán a mediano plazo contemplan terminar la temporada en Australia e intentar extender la visa para quedarse en el país un año más para hacer otra temporada en otro club. Todavía no tiene muy en claro si desea pasar muchos años más en el extranjero, y prefiere mantener esa duda para ver qué surge en su camino: “Mientras tanto voy haciendo lo que me hace feliz y disfrutando cada momento, cada lugar nuevo que conozco, y seguir conociendo gente, que también es una de las partes más lindas e importantes de viajar y vivir en el exterior”.
Y el IES, mientras tanto, seguirá siendo ese lugar en el que creció y formó los vínculos que le permiten conservar ese hogar al que puede regresar desde cualquier parte del mundo.