De la mano de la Prof. Melina Navarro Frutos, los alumnos realizaron en el espacio de “Lengua y Literatura” el abordaje de un fragmento de unas de las obras clásicas de la literatura: el Canto I de la “Ilíada” de Homero. Además del análisis literario, los estudiantes trabajaron contenidos de lengua, como los formatos de informe de lectura y texto expositivo-explicativo. Como resultado de esas unidades temáticas, los estudiantes escribieron un informe de lectura que explicara las características de la epopeya griega observadas en este poema épico narrativo. En esta ocasión, acercamos el trabajo de Valentina Villarroel Lucchini.
El Canto I de la Ilíada de Homero como Epopeya Griega

El presente informe te llevará de viaje a la Grecia del siglo VII a.C, en el décimo año de la guerra de Troya. Junto a la prestigiosa epopeya del Canto I de la Ilíada, uno de los textos esenciales de la cultura griega. Una obra literaria destacada de Homero. Un poeta admirado, imitado y citado por todos los poetas, filósofos y artistas griegos que le siguieron. Será el mejor “guía turístico”, quien creó el camino para entender la esencia de la epopeya griega. A través de la historia que sus manos transmitieron, hablará de uno de los más reconocidos conflictos: aqueos vs troyanos. Un combate que empezó con un corazón roto ¿Por qué es esta historia un claro ejemplo del género literario épico de Aristóteles? Es decir, ¿por qué es una epopeya griega?
A continuación serán expuestas las características de la epopeya griega, reflejadas en el Canto I de la Ilíada.
¿A quién se le llama “héroe” en la Literatura?
Se mencionan como una de sus principales características la figura heroica acompañada directamente por sus hazañas. Se la considera un rasgo fundamental, y resalta las cualidades físicas y morales del héroe, que es un semidiós, como una guía para el pueblo. Destacando su fuerza, coraje, determinación, lealtad e inteligencia. Cualidades y características que lo convierten en un gran jefe. Su ejemplo se distingue por los valores de peso de su pueblo que demuestra en cada hazaña, siendo un modelo social, que aunque puede tener tropiezos siempre se levanta para la próxima batalla. Tienen en muy alta estima la creencia en su destino, el interrogante de para qué están en el mundo, y también su honor. En el Canto I de la “Ilíada”, Aquiles es el personaje que ocupa este rol y el siguiente fragmento respalda una parte de este concepto de héroe: “Le respondió el divino Aquiles, de protectores pies” donde se lo reconoce como un semidiós, muy veloz y eficiente. Además, reiteradas veces se percibe el respeto con el que se dirigía a la autoridad, en este caso a Agamenón su atrida. Su intento por mantener bajo control sus diferencias se nota en la siguiente expresión: “¡Oh gloriosísimo Atrida!”.
Tiempos y espacios que posibilitan lo real
La epopeya griega también es reconocida por las referencias que presenta objetivamente de hechos geográficos e históricos, conocidos principalmente por los personajes del relato, pero también por aquellos conocedores de la historia. Estos hechos son los encargados de presentar una escena completa. Por ejemplo, la edad heroica es un momento sublime, digno de recordar para aquellos que lo atravesaron, ya que demuestra que todas las hazañas de los héroes, todo lo que combatían con honor, era para el bien común del pueblo, manteniendo su valía y gloria.
Conceptos esenciales para ellos. Esta característica es protagonizada, en el Canto I de la “Ilíada”, por Aquiles y su ejército. Lo podes observar en el siguiente fragmento: “No he venido yo por culpa de los troyanos lanceadores a luchar aquí, porque para mi no son responsables de nada. […] A ti, gran sinvergüenza, hemos acompañado para tenerte alegre, por ver de ganar honra para Menelao y para ti, cara de perro”.
El sentido de justicia invade el pensamiento de los héroes, causando en ellos impotencia cuando se cruza, interponiéndose, con otro concepto importante: el respeto a la autoridad, tanto física como celestial. Todo esto se da en el marco de la edad heroica. Además, los lugares donde se desarrolla la historia, lejos de crear efímeras ilusiones, dejan huellas de seguridad y realidad en nuestra mente. Dando lugar a la posibilidad de la historia. En el siguiente fragmento notarás la referencia a un reconocido lugar por varias obras literarias: “[…], si alguna vez Zeus nos concede saquear la bien amurallada ciudad de Troya”. Hablando al dios Apolo: “óyeme, oh tú, […] que proteges Crisa y la muy divina Cila, y sobre Ténedos imperas con tu fuerza”. En esas ciudades se encontraba el templo al dios Apolo, y él las protegía.
Ambas herramientas le dan toques de colores y de vida al relato, iluminando con su luz al lector.
Una forma distinguida de decir las cosas
La epopeya griega es reconocida por su forma de transmitir los relatos, es decir en verso. Y el por qué de esta característica se remonta a los orígenes de la epopeya griega. Cuando comenzó a utilizarse este subgénero de la epopeya clásica en la antigua Grecia, aquellos que utilizaban como herramienta literaria eran similares a lo que se conoce como artistas callejeros. Esta unidad de composición era necesaria para ellos, ya que relataban largas historias utilizando la música y el ritmo como “filtros”, por así decirlo, para decorar la narración logrando su objetivos de entretener. Los aedos (nombre con el que se reconocía a estos poetas) se valían de la música y las rimas, también para aprenderse y recordar con mayor facilidad las narraciones. El siguiente fragmento es un claro ejemplo de esta característica: “A comunicar ese mensaje a Zeus, que se deleita con el rayo, voy yo misma al muy nevado Olimpo, a ver si me hace caso”.

¡Se empieza con la parte más entretenida!
Una de las características más interesantes de la epopeya griega es el sentido que le da al relato a través de su comienzo. Ya que empieza con la estructura literaria conocida como: “inicio in medias res”. Arranca relatando el conflicto (el desarrollo), quizá la parte más “divertida”. Lejos de dar detalles sobre cómo se llegó a una disputa o batalla, la epopeya griega da por sentado, por así decirlo, que el lector ya conoce los detalles. Por ejemplo: las causas de la guerra de Troya. Muchos de los que escuchaban estos relatos habían sido parte ellos mismos de la historia. Y era un suceso de gran importancia que dividía su territorio en dos bandos opuestos, los que necesitaban un ejército. Por lo que todos los habitantes de una forma distinta eran afectados por esta situación, nadie quedaba exento. Esta es una forma muy original de narrar el relato, y manteniendo el mismo ejemplo, el Canto I de la Ilíada comienza diciendo: “La cólera canta, oh diosa, del Pélida Aquiles, maldita, que causó a los aqueos incontables dolores […]”. Homero evita introducir el texto con la situación que ocasionó el conflicto, es decir, el mito de la manzana dorada donde interviene la diosa Afrodita. Sino que empieza con la batalla entre aqueos y troyanos junto con las consecuencias.
Relaciones de la tierra con el cielo
En la epopeya griega, sus personajes tenían la “ventaja” de contar con la intervención directa de
los dioses en sus problemas. Esto en realidad podía ser una ventaja para quienes contaban con el apoyo de los dioses, o una gran dificultad para aquellos que estaban lejos de su voluntad y del deseo de los que protegían. Estos dioses demostraban muchas cualidades humanas (una imagen muy alejada de la idea de Dios que se tiene hoy). Eran egoístas y tenían favoritos. Muchas veces no intervenían para lograr la paz, sino que
para que “su equipo” gane. En el Canto I de la Ilíada cumplen un rol protagónico. Por ejemplo el primer Dios que entra en escena es Apolo. Cumple la plegaria que le hizo el sacerdote Crises acerca de que liberar a su hija que el atrida Agamenón había secuestrado causándole deshonra. A lo que él dios Apolo reacciona bajando desde el Olimpo con arco y flecha en mano: “[…] disparaba contra ellos su dardo […] y sin pausa ardían densas las pilas de cadáveres”. Fue contra el ejército de los aqueos. La segunda intervención la realizan las diosas Hera y Atenea en el conflicto entre Aquiles y Agamenón. Primero Aquiles recurre a Hera para comunicarle todo el caos que Apolo le había causado a su ejército y pueblo. Estas noticias le afectan a Hera ya que: “estaba inquieta por los dánaos, porque los veía muriendo”. La disputa entre Aquiles y Agamenón comienza. Por un lado Aquiles le demanda al rey una solución promoviendo el bien común. Reprochando su soberbia y egoísmo. Mientras que Agamenón se niega rotundamente a doblar el brazo para aceptar lo que Aquiles le propone. Ante esta “guerra civil”, Hera decide enviar a la diosa Atenea para que aconseje a Aquiles ante su accionar, diciendo: “Para apaciguar tu furia, si obedeces, he venido del cielo” y, “cesa la disputa y no desenvaines la espada de tu brazo”. A lo que Aquiles respondió de buena forma: “Al que les obedece, los dioses le oyen de buen agrado”.
La tercera intervención es protagonizada nada más y nada menos que por la madre de Aquiles, la diosa Tetis. A quien Aquiles le dirigió muchas plegarias pidiéndole que hablara con Zeus para resolver el problema. Su destino era morir honrado en la batalla, pero Agamenón le quitó la oportunidad de cumplir con este al quitarle su botín (su esposa). Rabia, desesperación, tristeza y cansancio eran el significado de su estado. A lo que su madre le contestó: “Temprano ha resultado ser tu hado e infortunado sobre todos has sido; por eso, para funesto destino te alumbré en palacio”. Demostrándole que comprendía su dolor. (Algo que se puede disfrutar, aunque ese momento ya transcurrió, con las mamás de hoy). Rápido tomó acción y fue a hablarle a Zeus: “¡Padre Zeus! Si alguna vez entre los inmortales te he favorecido de palabra o de obra, cúmpleme este deseo: honra a mi hijo […]”. Este pedido establecería una disputa entre Hera y Zeus, porque siempre lo acusaba de ayudar a los troyanos (porque Tetis le pidió a Zeus que honrara a los troyanos). Aun así Zeus le respondió a Tetis que lo haría asintiendo con la cabeza: “[…] esta señal, viniendo de mi, es la prueba más segura; pues es irrevocable, no tiene engaño y no queda sin cumplir lo que garantizo con mi asentimiento”. Su participación hace posible una cuarta intervención. Todas esta características esenciales para la epopeya griega: él héroe como la “estrella de la película”, el tiempo (edad heroica) y espacio reconocidos, la escritura en verso, el inicio “in medias res”, y la intervención de los dioses en los asuntos de los hombres; hacen que el relato del Canto I de la Ilíada cobre vida. Y, ¿qué te pareció el viaje? Lo cierto es que Homero hizo de esta gran obra uno de los mejores ejemplos de una epopeya griega. Y aunque el mundo ha ido cambiando, dando grandes saltos relacionados con el conocimiento, en este caso, las mentes más grandes de la literatura mantienen su postura de que la Ilíada debe permanecer con su legado educativo. Porque como dijo Jean Chãteau (profesor de filosofía y reconocido pedagogo): “lo propio de las grandes obras […] es justamente expresar más de lo que dicen” (Martínez Gómez, El valor de la Ilíada). ¿Y te sumás al próximo viaje? Así como se la reconoce a la Ilíada como una epopeya griega, ¿se puede decir lo mismo de “la Odisea”, otra obra de Homero?
Bibliografía:
- Crisa (Tróade). En Wikipedia. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Crisa_(Tr%C3%B3ade)
- Cila. En Wikipedia. https://es.m.wikipedia.org/wiki/Cila
- Martínez Gómez, Germán Iván. El valor de la Ilíada. http://web.uaemex.mx/plin/colmena/Colmena%2058/Aguijon/GIMG.html