Parte de la identidad del IES consiste en ofrecer a los estudiantes oportunidades para que exploren sus intereses y definan con más precisión hacia qué área direccionar sus esfuerzos. Es así como muchos estudiantes aprovechan para dedicarse a actividades que tal vez no continuarán de manera profesional, o para descubrir qué área laboral no se corresponde en absoluto con sus inquietudes. Marina Cabanillas es hoy en día una Bioquímica que trabaja en el Laboratorio de Hemoderivados de la UNC, que en su paso por el IES se permitió navegar en la incertidumbre y explorar lo que tenía a su alcance.


Marina egresó en 2005 como Bachiller con Orientación en Gestión de las Organizaciones. Si bien la carrera que construyó años después no pertenece estrictamente a esta especialidad, Marina reconoce que al momento de elegirla tuvo en cuenta otros factores: “Realmente no sabía qué iba a querer estudiar. Mi pensamiento fue qué especialidad me serviría más para la vida si a futuro no sigo una carrera universitaria o, aunque la siga, qué me sirve en cualquier situación laboral. En este punto realmente me resultó muy útil, ya que aprendí mucho sobre cuestiones laborales y contables que repercuten en el ámbito laboral que no te explican en la facultad”.
Su paso por el IES estuvo marcado por experiencias de distinto tipo y con diferentes actores institucionales, que a pesar de no ser lo esperado, le permitieron aprender más de sí misma. Una de ellas es, por ejemplo, una pasantía que realizó en el Banco Suquía: “Fue una situación que me ayudó a darme cuenta de que eso no era para mí, pero aprendí a manejarme en un banco, lo que le sirve a todo el mundo”. En su memoria aparecen, también, su encuentro con el deporte a través del IES: “Siempre me gustaron los deportes y tuve cierta facilidad para practicarlos, así que Intercolegial que había, Intercolegial en el que me anotaba y participaba. Recuerdo haber hecho atletismo, vóley, fútbol (cuando no era algo muy común en las mujeres). Pero siempre con lo que llegamos más lejos fue con el equipo de handball”. Su experiencia en estos encuentros, subraya Marina, fueron más allá de lo estrictamente deportivo: “Gracias a esto conocí mucha gente de otros años y pude hacer viajes increíbles con el colegio, como los de tres días en Embalse”.


Por esta razón, Marina guarda un cariño especial por los docentes del área de Educación Física con los que tuvo un mayor contacto, como Daniela Díaz y Pamela Sarbag: “Pero unos de los vínculos más inolvidables del secundario sin duda fue con el preceptor José Giménez. ¿¡Quién no quería a José!? Creo que en aquellos años todos lo llevamos a Bariloche”, recuerda con afecto.
En cuanto a sus compañeros, Marina explica que perteneció a ese grupo de estudiantes que empezó en el IESS desde muy temprano, en el Jardín de Infantes: “Una de las cosas más representativas del IES es que para muchos de nosotros fue nuestra casa por muchos años. En mis fotos de Bariloche hay muchas personas que también están en mis fotos de Jardín y muchas que siguen en las de hoy en día. Creo que eso es una de las mejores cosas del IESS”.
Una vez finalizados sus estudios de nivel secundario, Marina ingresó en el Facultad de Ciencias Químicas, de la cual egresó como Bioquímica. Sus primeras experiencias laborales dentro de su carrera fueron en el área clínica, realizando guardias, y luego se especializó en Toxicología. Buscando ofertas académicas, descubrió que en Buenos Aires existía una Residencia para bioquímicos en Toxicología Legal y Forense, y hacia allí partió. Marina rindió un examen de ingreso y un concurso de antecedentes, ya que la residencia se realiza en la Universidad Nacional de Buenos Aires. Habitualmente ingresan dos personas por año, y ella fue una de las seleccionadas. Transcurridos los tres años de la residencia, comenzó a trabajar como Bioquímica pero en ámbitos nuevos: “Quizás uno de los trabajos más importantes que tuve en Buenos Aires fue en Laboratorios Raffo, en el área de Investigación y Desarrollo”. Allí se desempeñó laboralmente, hasta que se dio cuenta de que extrañaba su ciudad, familia y amigos, y decidió regresar.


Hoy en día Marina trabaja en el laboratorio de Hemoderivados de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC). En pocas palabras, Marina logra precisar la relevancia y la complejidad que reviste su tarea: “Este laboratorio produce medicamentos derivados del plasma sanguíneo, purificando proteínas para gente que tiene algún déficit por alguna patología (por ejemplo, Hemofilia, Inmunodepresión, etc.)”. En particular, ella pertenece al área de desarrollo de productos y procesos, donde se ocupan de optimizar los procesos de producción o buscar cómo producir nuevos medicamentos.
Este acercamiento a una de nuestras egresadas permite mostrar cómo el IES participa en la formación de profesionales que se destacan académicamente y que se desempeñan en tareas con una gran incidencia en la salud de las personas. Para quienes acompañaron a Marina en su educación secundaria, resultará sin dudas un orgullo descubrir la carrera que supo forjar.
Nota de la editora:
Estimado lector: son tantos nuestros egresados que están haciendo cosas interesantes que seguramente nos vamos a olvidar de un montón de ellos. Si conocés a algún egresado del IES cuya historia pienses que valga la pena contar o si te parece que tu propia historia como egresado es valiosa para presentar en esta sección de Modo IES, no dudes en escribir a: larevistadelies@gmail.com.