Desde el espacio de esta revista se dieron a conocer muchas historias de estudiantes del IES que sobresalen por la forma en la que emplean su tiempo extra escolar. En esta ocasión, conocemos a otra estudiante que supo encontrar en el deporte un hobby que la conecta con un bienestar de un tipo especial. Se trata de Micaela Langlemey, una alumna que desde hace varios años hace equitación.
Micaela tuvo su primer encuentro con la equitación alrededor de los siete años, pero su interés por el básquet hizo que la abandonara por un tiempo. Los protocolos y restricciones impuestas por la pandemia en 2020 hicieron que se prohibieran los deportes en espacios cerrados, y la equitación resurgió como una opción más que atractiva. Desde este reencuentro, Micaela se entrena en equitación de manera constante.
Lo que más le gusta de este deporte es poder tener contacto con animales: “Siempre me gustaron los caballos desde muy chiquita, y también mi papá andaba a caballo”. Micaela entrena en el club que pertenece a la Posada del Qenti una vez por semana, y en breve comenzará a entrenar dos veces por semana. A mediano plazo, espera alcanzar paulatinamente un entrenamiento diario.
Actualmente compite algunos fines de semana y forma parte de una competencia interna entre los clubes de Córdoba. Para participar de competencias nacionales necesita tener su propio caballo para entrenar de manera intensiva. Por esta razón es que espera con mucha ansiedad su próximo cumpleaños: “Este año para los 15 me regalan mi caballo propio, así que lo vamos a domar para salto, para competir”.
Según Micaela, los motivos para recomendar la equitación son varios, pero ella destaca la serenidad: “Lo que te da la equitación es mucha tranquilidad para vos, porque al estar arriba de un animal estás calmo, tenés que estar tranquilo, respirar, estar un rato en pausa de todo lo demás, si no ponés nervioso al animal. Este deporte ayuda mucho a estar tranquilo, calmo, y disfrutar ese rato de peinarlo, ponerle la montura, subirse, ir al campo. Todo eso es muy lindo”. Por eso Micaela subraya que durante toda la semana espera con muchas ganas la llegada del día de entrenamiento.
Sus planes son seguir creciendo en este deporte. Más adelante, cuando tenga su propio caballo, complementará su entrenamiento con el caballo con una buena preparación física: “Tenés que tener buena postura, resistencia en las piernas, por el tema del equilibrio arriba. Porque al saltar en el caballo, no es que solo galopas y caminas: al saltar tenés que ajustar la piernas, tener buena postura para no caerte”, explica. Además, aspira a competir en categorías de nacionales e internacionales.

Por el momento, la equitación es para ella un hobby que la conecta con las cosas que más le gustan, pero aclara que también piensa en otras opciones: “Si veo que con el caballo propio compito y sigo avanzando y llego a más, sí, obvio me dedicaría a eso, y a enseñar también equitación”.