Más allá del trabajo en el aula, los estudiantes se inspiran en historias para explorar distintas formas del arte. Modo IES no quiere estar exenta de esas exploraciones y ofrece un espacio para que todos compartan una muestra de su talento. Por eso en esta oportunidad acercamos algunas piezas literarias escritas por Agustina Britos, una alumna de 2° año B.
Felicitamos a esta joven escritora por su trabajo y alentamos a que otros alumnos del IES imiten su generosidad.
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Mr. Hart
Mr. Hart Mr. Hart
¿Dónde estabas cuando te necesité?
¿Dónde estabas cuando yo estaba llorando a mares?
¿Dónde estabas cuando iba a irme al otro mundo?
¿Dónde estabas?
A él no le importa… a él no le importaba nada o simplemente… yo no le
importé…
No le importó dejarme con el corazón en la boca…. y ahora me doy cuenta de
que en realidad no lo tengo, ya que se lo llevó hace mucho tiempo…
Número 536
¿Él? Para ella él era lo mejor que le pudo pasar en la vida. Él era como un ángel que
vino a salvarla de ahogarse en su desgracia. Él fue la única persona que no juzgó
su libro por su portada. Él era la dosis de energía que necesitaba para vivir. Para
ella, él era todo lo que necesitaba… Él era la única razón para ir a ese infierno
llamado “escuela”. Él hacía que ese infierno sea cálido y acogedor.
Y ahora se preguntarán, ¿Qué pasó con él?
Es algo que ni siquiera yo puedo responder.
Lo único que sabemos es que para él, ella era solo la número 536…
La risa
La risa, qué palabra tan complicada. Muchos usan esta palabra para poder
ocultar sus desgracias o sus penas o simplemente se ríen por diversión.
A mi no me sale, no sé reír y no entendía por qué, ¿por qué no puedo reír y sonreír
como el resto? ¿Por qué nadie puede sacar ese lado mío que ni yo sé cómo es?
Muchos dirán que es porque no soy feliz.
Pero realmente lo soy, amo a mi familia, amigos y escuela. Pero aunque esté
muy feliz no pude reir ni sonreír hasta que un día llegó mi razón para sonreír.
Cuando él llegó se llevó todo lo malo. Desde lo más pequeño hasta lo más
grande. Yo no entendía por qué hacía todo eso por mí, ¿por qué por mi? ¿Por qué
no por alguien más? Es algo que nunca descubrí hasta que se fue. Mi razón para
sonreír me abandonó como un mujeriego que abandonó a su esposa, me
abandonó como a una piedra en un río.
Desde entonces no río, no sonrío…. ni siquiera vivo.